Los gatos son animales profundamente territoriales. Cualquier cambio en su entorno puede desestabilizarlos más de lo que parece. Si estás por mudarte o tu gato va a pasar unos días fuera de casa (en casa de un familiar, una guardería felina…), es fundamental prepararlo con tiempo para que no lo viva como un trauma.
En Mi Alma Animal, acompañamos estos procesos desde el respeto y la prevención. Hoy te comparto cómo anticiparte a los cambios sin poner en riesgo el equilibrio emocional de tu gato.
Antes del traslado: prepara el terreno
Introduce cajas de forma progresiva para que las investigue, las huela y no las relacione solo con el estrés de última hora.
Mantén su zona segura intacta (camita, arenero, comida) hasta el final. No desmontes todo a la vez.
Usa feromonas sintéticas en difusor o spray al menos una semana antes de la mudanza para ayudar a reducir la ansiedad.
El día del cambio
Guárdalo con antelación en una habitación tranquila y cerrada, con sus cosas. No debe estar suelto entre cajas ni en movimiento constante.
Asegúrate de que el transportín esté bien preparado con una mantita con su olor y algo de comida húmeda.
Habla con calma, sin prisas ni sobresaltos. No dramatices, pero tampoco lo ignores. Él nota tus emociones.
En el nuevo lugar (o casa temporal)
No lo sueltes por toda la casa de golpe. Déjalo en una habitación tranquila y segura, igual que cuando llega un gato nuevo al hogar.
Coloca objetos familiares: su manta, su rascador, su bandeja y sus juguetes favoritos.
Permite que explore poco a poco, sin forzar. Algunos gatos necesitan horas; otros, días.
🎯 Si es una estancia fuera de casa (por vacaciones, hospitalizaciones, etc.), avisa con tiempo al cuidador o centro de guardería para que puedan hacer una adaptación respetuosa.
Evita estos errores comunes
🚫 Cambiar de golpe el tipo de arena o comida. 🚫 Transportarlo sin transportín o con viajes demasiado largos sin preparación. 🚫 Exponerlo a muchas personas nuevas de inmediato. 🚫 Reñirle si marca o se esconde: es su manera de adaptarse.
Conclusión
Una mudanza o un traslado no tiene por qué ser una pesadilla para tu gato si respetas sus tiempos, mantienes parte de su entorno familiar y le das opciones para sentirse seguro. La clave está en preparar todo con antelación y desde la empatía. No es solo cambiar de casa, es cambiar de universo. Acompañarle bien puede marcar la diferencia.
Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Más información