¡Hola, gatilovers!

La llegada de un bebé es un momento emocionante para la familia, pero también puede ser un poco estresante, especialmente para nuestras mascotas. Los gatos, en particular, son criaturas de hábitos, y cualquier cambio en su entorno puede desorientarlos. Sin embargo, con un poco de preparación y paciencia, puedes ayudar a tu gato a adaptarse a la nueva dinámica familiar sin mayores problemas.

Los gatos son muy territoriales y valoran mucho su rutina. De repente, un nuevo bebé trae consigo nuevos olores, ruidos, cambios en la disposición de los muebles y, lo más importante, menos atención de su parte. Todo esto puede hacer que tu gato se sienta ansioso o incluso desplazado.

Algunos gatos pueden reaccionar volviéndose más nerviosos, escondiéndose más de lo normal, o mostrando signos de estrés como pérdida de apetito. Otros podrían empezar a marcar su territorio con orina, rascar más muebles o volverse más vocales. También es posible que noten el cambio en la dinámica familiar y se sientan un poco celosos.

Para ayudar a tu gato a adaptarse, hay algunas cosas que puedes hacer desde antes de que llegue el bebé:

Empieza con los nuevos olores. Los gatos tienen un sentido del olfato muy desarrollado, así que antes de que el bebé llegue a casa, puedes comenzar a familiarizar a tu gato con algunos de los nuevos olores que estarán presentes. Deja que huela la ropita del bebé, las mantas, los pañales y cualquier otro artículo que tendrá el aroma del recién nacido. Incluso puedes usar productos para bebés, como lociones o champús, cerca de tu gato para que se acostumbre a los nuevos olores. Solo asegúrate de que estos productos sean seguros para él.

Haz cambios en el entorno con anticipación. Si planeas reorganizar los muebles o instalar una cuna, es mejor hacerlo con tiempo para que tu gato se acostumbre. También es importante que tenga acceso a espacios seguros y tranquilos donde pueda retirarse si se siente abrumado, como estantes elevados o rincones tranquilos.

Desensibiliza a tu gato al llanto del bebé. El llanto de un bebé es un sonido nuevo y potencialmente perturbador para un gato. Una forma de ayudarlo a acostumbrarse es reproducir grabaciones de llantos a un volumen bajo, y poco a poco ir subiéndolo. Si tu gato se mantiene tranquilo, prémialo con una golosina o una caricia para que asocie el sonido con algo positivo.

Cuando el bebé llegue, introdúcelos de forma gradual. El primer encuentro es importante, así que deja que tu gato observe al bebé desde una distancia segura y sin presionarlo a acercarse. Permítele que lo haga a su propio ritmo. Y siempre que se comporte de manera tranquila alrededor del bebé, refuerza esa conducta con golosinas o caricias.

Es fundamental recordar que cada gato es único. Algunos pueden adaptarse rápidamente, mientras que otros necesitarán más tiempo. Lo importante es ser paciente, seguir dándole atención a tu gato y no forzarlo a hacer nada que lo incomode. Si haces todo con calma y cariño, tu gato terminará aceptando al nuevo miembro de la familia y seguirán siendo un equipo feliz.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad