Puede que tu gato nunca pise la calle, pero los parásitos no siempre necesitan una puerta abierta para entrar. En verano, con el calor y la humedad, todo se activa: pulgas, gusanos, mosquitos… Y si no estamos atentos, su bienestar puede verse afectado sin que nos demos cuenta.
En Mi Alma Animal, elijo hablar de prevención no para asustarte, sino para que estés informada, tranquila y segura de que estás haciendo lo mejor por tu compañero peludo. Aquí te lo explico con claridad y sin dramas.
¿Qué tipo de parásitos pueden afectarle en verano?
Aunque no los veas, están ahí. Algunos se agarran al pelo o la piel, otros se instalan dentro del cuerpo. Los más comunes son:
- Pulgas: además de picar, pueden provocar alergias o transmitir lombrices.
- Garrapatas: más comunes en zonas rurales, pero no imposibles en ciudad.
- Ácaros y sarna: muy molestos, sobre todo en gatos con las defensas más bajas.
- Gusanos intestinales: a veces provocan diarreas, pero muchas veces no dan señales.
- Mosquitos y flebótomos: pueden transmitir enfermedades graves, incluso si tu gato no sale de casa.
“Mi gato no sale, ¿aún así tengo que desparasitarlo?”
Sí, y te explico por qué:
Los huevos o larvas de muchos parásitos pueden venir en la suela de tus zapatos, en una bolsa de la compra, o entrar volando por la ventana. También si convives con otros animales, o incluso si recibes visitas con perro.
Vivir dentro de casa no es garantía de estar libre de riesgo.
Cómo desparasitar de forma segura
- Externamente: usa pipetas, collares o comprimidos específicos para gatos. Nunca uses productos de perro.
- Internamente: cada 3 meses, incluso si no ves síntomas. Hay pastillas que cubren varios tipos de gusanos.
- Siempre con asesoramiento veterinario: según su peso, edad y estado de salud.
Si vives en zonas calurosas como Jerez o alrededores, el verano es un momento clave para no saltarte el control.
¿Y si ya tiene parásitos?
No te culpes. Lo importante es detectarlo a tiempo:
- ¿Se rasca mucho?
- ¿Ha perdido peso?
- ¿Tiene diarrea o el pelo sin brillo?
- ¿Notas que está más inquieto o incómodo?
No lo ignores. Consulta al veterinario y actúa. Cuanto antes, mejor.
Lo más importante: sin miedo, pero con conciencia
No se trata de vivir preocupada, sino de estar informada. Una buena prevención no solo evita enfermedades, también te ahorra visitas urgentes y momentos difíciles.
Cuidar de tu gato es acompañarle con cariño, y eso también incluye protegerle de lo que no se ve.