En verano circulan muchas creencias sobre los gatos que, aunque bien intencionadas, pueden poner en riesgo su bienestar. Desde “a los gatos no les afecta el calor” hasta “déjalo suelto que él sabe cuidarse solo”, algunas ideas están tan arraigadas que ni nos las cuestionamos.

Hoy, en Mi Alma Animal, te cuento algunos de estos mitos y qué puedes hacer realmente para que tu gato esté bien cuidado cuando suben las temperaturas.


🐾 MITO 1: “No pasa nada si lo dejo en el coche un momento”

Realidad: Un coche al sol puede superar los 50 °C en pocos minutos. Aunque esté a la sombra o con la ventanilla bajada, es un riesgo real de golpe de calor.
Qué hacer: Si no puede entrar contigo, mejor que no salga de casa.


🐾 MITO 2: “Si se queda solo unos días, se organiza solo”

Realidad: Los gatos no son máquinas. Pueden sufrir estrés, quedarse sin agua limpia o enfermar sin que nadie lo note.
Qué hacer: Deja siempre un cuidador de confianza que pase a verlo, y que lo observe bien. En verano, incluso dos visitas al día son recomendables.


🐾 MITO 3: “Los gatos saben cómo refrescarse”

Realidad: Sí, saben tumbarse a la sombra, pero no pueden encender un ventilador ni llenar su bebedero si se acaba. En pisos sin buena ventilación, pueden sobrecalentarse fácilmente.
Qué hacer: Asegúrate de dejarles agua en varios sitios, persianas bajadas y un ambiente lo más fresco posible. Si hay olas de calor, mejor que alguien revise cómo está.


🐾 MITO 4: “Es mejor cortarle el pelo para que esté fresco”

Realidad: El pelo protege tanto del frío como del calor. Un corte mal hecho puede afectar su piel, su temperatura o su autoestima.
Qué hacer: Cepilla a diario para eliminar el pelo muerto, y si es de pelo largo, consulta con un profesional antes de tomar decisiones.


🐾 MITO 5: “Los gatos son más independientes en verano”

Realidad: El calor no cambia su forma de relacionarse, pero sí su energía. Puede que duerma más o esté más apático, pero sigue necesitando compañía, cariño y atención.
Qué hacer: Acompáñale como siempre, respeta sus ritmos y observa cualquier cambio con atención.


En resumen…

Los gatos no son de piedra. Son sensibles al entorno, y el verano puede suponer un reto si no se toman precauciones. Cuestionar lo que “siempre se ha hecho” es una forma de cuidarlos mejor.

Ellos no necesitan más mitos. Necesitan que les miremos con comprensión y les acompañemos con conciencia.

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